La Organización Mundial de la Salud ha catalogado el estrés como una epidemia global, y no es para menos, ya que, sobre todo en los países industrializados, el que más y el que menos vive de una forma estresada. La vida moderna y el progreso tienen también algunas consecuencias negativas, y una de ellas es la ansiedad y el estrés. Y, claro está, nuestro organismo reacciona y se rebela de múltiples maneras.
El estrés provoca muchas enfermedades, nos vuelve irritables, nos impide concentrarnos, hace que durmamos mal y también tiene efectos negativos sobre nuestra piel.
Afecta también a tu belleza
El estrés es un problema real que afecta a la piel de muchas personas y que está muy extendido. Nada menos que el 62% de las mujeres manifiesta tener la piel sensible, reactiva irritable e intolerante a la mayoría de los cosméticos. Y un 65% de las muyeres mayores de 25 años dice sufrir frecuentemente rojeces en el rostro.
Cuando estamos sometidos a situaciones muy estresantes, las terminaciones nerviosas de nuestra piel se estimulan demasiado, provocando inflamaciones e irritaciones. Y las consecuencias son muchas: envejecimiento prematuro, deshidratación, aumento de la sensibilidad cutánea, etc. Las pieles estresadas se vuelven mucho más sensibles y débiles y todo les afecta más. Son propensas a sufrir rojeces, descamaciones y eccemas.
Sin embargo, los laboratorios cosméticos están trabajando duro para encontrar fórmulas que ayuden a desestresar la piel y reducir los efectos de este mal del siglo XXI. Hoy existen en el mercado determinados productos que pueden ayudarte a combatir los estragos del estrés en tu belleza. La mayoría de ellos están formulados a partir de componentes naturales de origen vegetal. Además, prescinden de conservantes agresivos, parabenos y siliconas sintéticas, con lo que resultan mucho más suaves para la piel.