Considerados como la parte más sufridora de nuestro cuerpo, los pies día a día padecen grandes caminatas, multitud de escaleras, tacones, rozaduras… por eso es necesario que les dediquemos el tiempo que necesitan para estar en buenas condiciones y así cuando llegue la época veraniega podamos lucirlos como se merecen.
La pedicura es el tratamiento de belleza que se encarga de cuidar los pies y las uñas de los píes. En los centros donde se realizan estos tratamientos también se preocupan por las piernas ayudando a la mejora de la circulación sanguínea realizando un confortable masaje.
Pero nosotras mismas podemos hacernos nuestra propia sesión de pedicura “casera”.
Necesitaremos algunos materiales, como por ejemplo quitaesmaltes, limas, crema hidratante, piedra pómez, entre otros.
Lo primero que haremos será quitarnos el pintauñas si es que llevamos las uñas pintadas. Una vez realizado este proceso pasaremos a introducir nuestros pies es un cubo de agua templada con jabón o con un poco de limón, durante aproximadamente 10-15 minutos.
A continuación secaremos bien nuestros pies y pasaremos a comprobar las zonas de durezas o callos. Lo que haremos será pasar nuestra piedra pómez para que la zona quede mucho más suave.
Una vez terminamos con la piedra pómez, comenzamos a cortar las uñas, limarlas y eliminar las posibles cutículas que tengamos.
Ahora nos daremos un relajante masaje con nuestra crema hidratante o con algún aceite balsámico.
El proceso terminaría aquí si no solemos llevar las uñas pintadas. Si por el contrario nos gusta pintarnos las uñas, ese sería el último paso. Colocaríamos algodones entre nuestros dedos o los separadores especiales que hay en el mercado y ¡a pintar!.